Kim Myeong-min se pone en la piel de un devoto sacerdote que tras haber sido secuestrada su hija, pierde por completo la fe y parte de su cordura. Ocho años después de que su pequeña fuera dada por muerta, recibe una llamada en la que le dicen que su hija esta vida y que esta con su secuestrador. A partir de entonces una carrera a contrareloj empieza para rescatar a su hija, siendo capaz de todo para recuperarla.